pt-Golda

15-03-2019

Pedro y Emily son una joven pareja que nunca pensó en tener una mascota, pero las cosas se dieron gracias a que la hermana de ella tuvo un conejo, ese fue su primer acercamiento. Se sorprendieron con lo hermosos e inteligentes que son, y entonces decidieron adoptar uno. Como la mayoría, creyeron tener el derecho de elegir a quien adoptan, pero la verdad es que Golda los eligió a ellos. Apenas vieron varios conejitos, todos salieron corriendo y ella fue la única que se acercó, tan pequeña e inocente para que la acaricien, y se quedó a su lado como pidiendo que la llevaran. Fue así como comenzó ese lazo tan especial. Hasta ahora los sigue sorprendiendo, tan cariñosa como el primer día. Al llamarla va corriendo para que la acaricien, o basta con que se sienten en el sofá para su "momento de cariño". Como es lógico, con su cercanía se ganó el afecto de toda la familia.

Tiene su propia pieza pero es completamente libre en su hogar. ¡Tiene todo mordido! Pero lo material se arregla y sus dueños lo asumen como parte de tenerla a su lado, que consideran, es lo más importante.

Al decidir adoptarla, siempre supieron que debían costear un especialista, comida y todo lo que requiere un conejo, por lo que parte de sus gastos están destinados siempre a ella, para que tenga una vida feliz.

Luego de un tiempo, decidieron adoptar a otro conejito para que le hiciera compañía a Golda. Entonces llegó un negrito regalón! Ambos están esterilizados y es maravilloso verlos juntos , pues son muy cariñosos los dos.

En septiembre del 2018 viajaron con sus gorditos, pero al día siguiente se dan cuenta que Golda al subir a su baño, dejó una pata apoyada en el borde de su cajita, por lo que la acomodaron y todo fue normal. Al volver al departamento, corría por todos lados, fue ahí donde se percataron que arrastraba una de sus patas traseras, la misma que un par de días después estaba totalmente estirada hacia atrás y sin poder moverla. Acudieron rápidamente al veterinario y desde entonces, intentaron muchas cosas como por ejemplo, aplicar calor en la zona, ejercicios, medicamentos, muchos exámenes y radiografías. Todo indicaba que, posiblemente, se debía a algún golpe o movimiento fuerte que pudo afectar parte de su columna. Cada día perdía más su movilidad. Pedro y Emily sintieron una profunda tristeza al saber que no había nada más que hacer, y que Golda ya no sería la misma. Visitaron otro especialista, nuevamente le practicaron una serie de exámenes, pero las respuestas eran las mismas: Golda no podrá correr nunca más, no hay solución y todo seguirá empeorando.

Pasaron 5 meses y la posición que empezó a adoptar afectaba cada vez más su columna, fuera de esto perdió el control de esfínter. La orina le provocaba heridas en sus patas y otras zonas del cuerpo. Se debió reducir su espacio puesto que alcanzar la comida se le dificultaba y debía hacer un gran esfuerzo. Empezó a usar pañales y las patitas vendadas para que no se provocase más heridas al arrastrarlas, la sacaron de ese espacio reducido y nuevamente comenzó a moverse por todas partes. Sus papinejos se propusieron crear un carro para mejorar su estilo de vida. Buscaron lugares, tutoriales y compraron los materiales para hacerlo pero no pudieron, ya que no funcionaba. Fue así como llegaron al Facebook Conejitos Discapacitados, el grupo que les devolvió las esperanzas.

Golda ha vuelto a caminar gracias al carrito que lograron hacerle. Se ve hermosa y tan feliz metiéndose por todos lados, su familia está dichosa de verla nuevamente moverse y encontrar su independencia. El Negro la acompaña y le ayuda, ambos se apoyan y se siguen entregando mucho cariño.